“Algunos países del continente como Brasil y Chile han dado un paso adelante, hagamos lo propio en nuestro país; esta gran oportunidad, aunada al Tratado Comercial con USA y Canadá, nos coloca en inmejorables condiciones para lograr más y mejores resultados, lo que invita a México a ponerse a la vanguardia”, comenta Alejandro Ledesma, CCO de REGULUS.

 

La electricidad pasa de su origen más simple de “iluminar un espacio” a “suministrar complejas naves industriales automatizadas” para la producción de bienes y servicios, por lo que justo aquí pretendemos hacer énfasis y reflexionar claramente sobre la diferencia de delimitar, lo que representa un insumo básico para un hogar a un insumo en la cadena de producción. 

 

En ese sentido, es innegable que el avance de la ciencia y la tecnología por décadas han ido de la mano con la electricidad y el destino de utilización final (doméstico, agrario, comercial, industrial). No podemos imaginar el mundo de hoy sin reconocer tal circunstancia desde el siglo XVIII, por ello, resulta relevante concebir que su evolución a nivel conceptual debe estar acorde a la realidad actual en que se desarrolla el siglo XXI. 

 

Aunado a las innovaciones tecnológicas en el transcurso de nuestra historia, la sociedad también abrió paso a nuevas tendencias económicas como la llamada RelocalizaciónNearshoring, una práctica comercial relativamente nueva, que surge con motivo de los problemas dentro de las cadenas productivas que sufrieron interrupciones en el flujo de insumos intermedios alrededor del mundo, cuellos de botella en las cadenas de suministro, y una incapacidad de adaptación a las necesidades económicas globales. 

 

Hoy en día, esta tendencia se ve limitada por un concepto que impera en los países en desarrollo, el concepto de “Soberanía”, cuya definición más aceptada y reconocida, es la del doctrinario Jean-Jacques Rousseau (1762), el cual establece que la Soberanía es: el “poder del pueblo”, es decir, consiste en una soberanía popular. Aunado a lo anterior, se debe entender que el concepto de Soberanía se compone de una sola unidad, pero se aplica en diferentes ámbitos. Por ejemplo: en el ejercicio de la autoridad dentro de un Estado, la gestión de sus recursos y las relaciones diplomáticas. 

 

En este orden de ideas, la llamada Soberanía Energética en su interpretación global podemos entender que abarca todos los sectores (residencial-comercial-industrial-campo); sin embargo, no todo el destino de la energía eléctrica es para brindar un Servicio Público, dado que los sectores comercial e industrial la utilizan como un insumo de su “giro de negocio”.  

 

Puntualmente el concepto de “Soberanía Energética” en México no se define, ni se menciona en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024; sino que es hasta la publicación del Programa Sectorial de Energía 2020-2024 (DOF, 08/06/2020) en donde se describe con diversos tópicos, destacando lo establecido en el Objetivo 6.2.- “Fortalecer a las empresas productivas del Estado mexicano como garantes de la seguridad y soberanía energética, y palanca del desarrollo nacional para detonar un efecto multiplicador en el sector privado”. 

 

Bajo la reflexión y condiciones que imperan hoy en pleno Siglo XXI, pensar que la Soberanía Nacional radica en que soló entidades de gobierno generen y proporcionen bienes y servicios, es un grave error, más aún, tratándose de la infraestructura requerida para propiciar el desarrollo económico de un país. Es por ello que, para el tema particular del sector energético, es deseable recomendar que el gobierno perfile políticas y estrategias bajo la Premisa: “Ganar-Ganar”. 

 

Que los sectores público, social y privado, pilares de la economía nacional, puedan participar en las actividades inherentes a la energía y fortalecer la Soberanía Nacional, en razón de que se propicie un desarrollo armónico y equilibrado al no dejar solo al sector público todo el peso de realizar inversiones y el desarrollo mismo de la industria.La participación conjunta de los sectores público, social y privado no significa comprometer recursos estratégicos del país, se traduce en generar mayor valor agregado en su explotación para beneficio siempre de México y los mexicanos. 

 

Ahora bien, la oportunidad que se presenta para México en relación con el Nearshoring ha sido bien recibida por el Gobierno Mexicano en voz de funcionarios acreditados, como sucedió durante la inauguración del Foro de Finanzas e Infraestructura de LatinFiance el pasado mes de julio, donde el Subsecretario Gabriel Yorio González de la SHCP precisó: 

 

“En estos sectores que se han acordado (electrónicos, transporte, farmacéutico, microprocesadores y aeroespacial), precisamente para blindar las cadenas de valor en Norteamérica, es que vamos a tratar de empujar de manera importante incentivos que ayuden a las empresas a elevar la tasa de retorno cuando inviertan en el Istmo o en estos sectores en toda la República Mexicana. Tan solo en 2023 ha habido cerca de 47 nuevos parques industriales, un incremento de 30 por ciento respecto a 2001. La Ciudad de México ha brindado facilidades para desplegar cerca de 14 millones de metros cuadrados en parques industriales, igual que Monterrey”.1 

 

La relocalización de empresas en nuestro país es una realidad y basta con ver los registros en la demanda de espacios industriales en la zona Norte y Bajío, lo cual se traduce en el interés de inversión directa, generación de empleos y desarrollo regional sostenido. Por lo que no se debe limitar por cuestiones de Soberanía Nacional. 

 

Finalmente se concluye esta reflexión con las siguientes consideraciones: 

 

  • Los tiempos por los que atraviesa la humanidad y la supervivencia responsable hacia el futuro requiere, invariablemente, de políticas públicas contemporáneas e incluyentes. 
  • Es incuestionable que la Rectoría del Estado, debe prevalecer para brindar seguridad jurídica a las inversiones tanto públicas como privadas en el sector energía; asimismo, actualizar la legislación para derogar aquello que obedece a intereses de unos cuantos, y sentar las bases de una participación conjunta equilibrada que propicie el fortalecimiento de un sector clave para asegurar las oportunidades que tenemos en puerta con el “Nearshoring”. 
  • Una vez más se le presenta a México la gran oportunidad de ingresar a los países más atractivos para inversión directa, tenemos en puerta la manifestación expresa de grandes capitales que únicamente esperan condiciones de seguridad serias y permanentes para dar el paso final en su decisión.
  • No menos importante resulta promover una reforma fiscal que permita e incentive a los inversionistas el desarrollo de tan importantes sectores como son el de infraestructura y energía, los cuales redundan e impactan favorablemente al “Nearshoring” con mejores resultados.

 Autor: Alejandro Ledesma

 

1 Fuente https://www.elfinanciero.com.mx/economia/2023/07/20/empujon-al-nearshoring-en-mexico-hacienda-evalua-estimulos-para-estos-5-sectores/